En eso, el chico separa sus labios de los de ella y dice:
-Si esto está pasando... ¡Significa que algo hay entre nosotros! No te digo que es amor, porque claramente no lo es, pero ALGO hay.
-A mí ese ALGO me basta y me sobra, sea lo que sea.
-Opino lo mismo. Pero, o sea, ¿Vos pensas que nosotr...?
-Shhh... No pienses. Cállate y actúa.
-Si, mejor me... mejor... ¿Y si mejor seguimos con lo que estábamos?
La chica lo miró extrañada, con una expresión de duda y asombro en sus grandes y refulgentes ojos. Era de esperarse una reacción como aquella, puesto que el chico era un completo charlatán, y no paraba de hablar nunca, ni siquiera durante un beso. El joven comprendió el porque de esa mirada perpleja y asintió, dando por sentado que esta vez, de verdad estaba dispuesto a utilizar su boca para algo mas que decir idioteces. La chica sonrió y continuó besando al muchacho, pues entendió ese simple gesto, y sobre todo, se alegró de que el chico se diera cuenta que a veces no es necesario hablar para hacerse entender, que no siempre las palabras son la mejor contestación, y que a veces el silencio es la mejor respuesta.
Relato inspirado en una noche de alcohol, por una persona freak.
P.D: No tiene nada que ver con este intento de cuento, pero hace casi 3 semanas fue el cumple de mi blog, se me re paso :P. En fin, feliz cumple blog querido, gracias a vos soy un poquiiiiiiiito mas feliz :)
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