12/6/18

Una década de desvarios

El 1 de Junio del 2018 mi blog cumplió 10 años. Hace una década creé, con 13 años recién cumplidos, este pedacito de rincón de la Internet, plagado de desvarios y banalidades, donde puedo plasmar mis pensamientos mas profundos (y ocurrencias mas imbéciles) sin ningún tipo de restricción. Este blog a atravesado muchísimos cambios, tanto de formato, como de objetivo, no solo el diseño de página ha sido renovado mas de una vez, sino también el autor (si bien he sido siempre yo) pues tuve hasta tres nombres distintos. La misma dirección url ha sido modificada al menos una vez y múltiples entradas han sido suprimidas y/o reescritas por completo.
A pesar de cada cambio que pudiera dejarlo completamente irreconocible en comparación a la primer entrada del mismo, allá en el 2008, la esencia es, fue y sigue siendo a misma: Escribir y compartir lo que se me canten las pelotas. Y estoy verdaderamente orgulloso de ello, pues es el proyecto mas consistente y largo que jamás he creado. No he sido constante con las publicaciones, no he seguido una temática lineal, ni siquiera puedo decir que me preocupo en contestar los muy inusuales comentarios que me han solido llegar, pero puedo asegurar nuevamente y con fervor que siempre hice lo que quise en este blog, por cuanto tiempo quise y sin ningún tipo de problema.
Soy, y creo todos somos, consciente de que Blogger, como plataforma web, red social o como goma le queramos llamar, ya es totalmente obsoleta, por lo que dudo muchísimo alguien vaya a leer esto en algún futuro, cercano o lejano; esta publicación, así como el blog, son recuerdos de desvarios previos a los actuales, bitácoras de mi yo del pasado, las cuales atesoro por simple nostalgia y los recuerdos que ellas evocan en mí. No tengo nada mas que decir, no soy bueno dando discursos ni celebrando ningún tipo de festejo. Tan solo les dejo un tema que, me gusta imaginar, mi blog me cantaría si este pudiera:


(¡10 años, chabón! Como pasa el tiempo...)

10/5/18

Otro día de esos

Tengo la horrible sensación de que soy codicioso, pervertido, egoísta, apático, cínico, depravado y estoy moralmente arruinado.

24/1/18

El Godoy europeo

Hace poquito me enteré de un dato curioso sobre los Godoy (Ese es mi apellido, para quienes no lo saben), y es que de los cuatro apellidos por parte de mis abuelos, solo pude rastrear el del viejo del viejo de mi viejo, es decir, mi bisabuelo. No hay mucho para contar, era un hombre que nació en España pero se mudó a Francia, para luego venir a Argentina entre la décadas de 1910 y 1920, probablemente para huir de la PGM o buscando algo de laburo, supongo. Se casó con mi abuela, nacida en San Rafael, Mendoza, y fue el lugar donde nació mi abuelo. Mi abuelo crecio en Mendoza, pero luego, por eventualidades de la vida, decidio mudarse a la provincia de San Luis, sitio dónde conoció a mi abuela y con quien se casó; por supuesto que tuvieron a mi viejo, pero en otro lado, en este caso San Martín de los Andes, de nuevo en Mendoza, y ese es el lugar donde nací yo, para luego terminar mudándome a Zárate. Me parece muy trágico/loco/poético como todos los Godoy abandonamos nuestras respectivas ciudades de nacimiento, como si intentaramos dejar algo atrás, escapar del pasado. En cuanto a mi bisabuelo y hasta donde pude rastrear mi árbol genealógico, él no solo dejó una guerra atrás, sino también una familia. Aparentemente, según mi tía abuela (la única persona que queda viva y que lo conoció, pues mi abuelo falleció hace ya mucho), Don Godoy tenía  otra familia en Francia, al menos una esposa y una hija. Los datos que no pude sustraerle a mi parienta es si estaban divorciados o algo así, pero creo que sencillamente ella no quería contármelo. Un dato curioso, el hispanofrancés tenía un solo nombre: José Godoy, el mismo que llevamos mi abuelo, mi padre y yo. Algo que no me termina de cerrar es porqué Godoy decidio irse a Francia y dejar España ¿Habrá sido amor? ¿Problemas políticos? ¿Ganas de empezar de nuevo? Quien sabe, solo queda suponer.

4/1/18

Saltos temporales

Me fascina retomar el arte de la escritura en algo como el blog. Escribir en un bloc de notas, un documento de Word o incluso en papel siento no le da la seriedad necesaria que merece la escritura. Sé que es un pensamiento sin sentido y carente de todo tipo de fundamentos, pero así lo vivo.
Actualmente este blog está "muerto", por así decirlo. Lo tengo como un recordatorio de las vivencias que he atravesado, a su vez que me ayuda a visualizar lo mucho que he progresado en esta tecne (aún así, me falta todavía mucho, pero mucho por aprender)
Siempre es bueno hechar un vistazo al pasado, observar lo aprendido y recordarnos a nosotros mismos por lo que hemos pasado, dejandonos entreveer como llegamos a donde estamos parados el día de hoy.
Actualmente tengo una cuenta en Tumblr en la cual escribo relatos/poemas/historias (Realmente no sé como definirlos) que esta un poco mas actualizado que este blog y posee otro tipo de contenido, pese a que una ojeada a primera vista diga lo contrario. Este blog fue utilizado en un principio para plasmar mis historias en algún sitio que no pudiera perderlos, y que mejor lugar que la imperdurable internet. Ahora bien, con el tiempo su objetivo principal fue desvariando y terminó siendo una especie de bitácora/diario íntimo de mi vida diaria, encriptada en relatos inconclusos y de finales abiertos. Traté a su vez de abrir otra cuenta en Blogger con el fin de darle a esa la razón de bitácora, pero sencillamente no me pude forzar a hacerlo. No me complacía ni me entretenía, las cuales eran las únicas razones por las que cree este y cualquier otra cuenta o blog: El entretenimiento, tanto propio como ajeno.
Para resumir, borré esa cuenta de Blogger al poco tiempo de crearla y este termino siendo mi pensadero, donde dejo nadar mis ideas, tanto profundas como superficiales. Por si a alguno le interesa, mi cuenta de Tumblr es www.chivoluegoexito.tumblr.com
Ahí van a encontrar estos relatos de dudosos hechos, queda a su juicio la veracidad de los mismos.
Volviendo al tema central, este blog es ahora una serie de retazos de mi vida, en la cual quiero volver a explayar mis pensamientos cada vez que lo necesite. Trataré de no borrar mas entradas viejas, como lo he hecho antiguamente, puesto que por mas vergonzosas que sean, son parte de mi historia, y no dejar que el blog vuelva a morir.
Alguien dijo una vez que un poema no muere, solo deja de moverse.
Y si escribir es moverse, nunca quiero quedarme quieto.

29/5/15

El librero de las almas

  En las altas horas de la noche, Mho penetró sigilosamente en la casa, a través de una ventana, que audazmente había manipulado la noche anterior.
  Escuchó atentamente. La habitación estaba completamente oscura y en calma, justo lo que necesitaba. Conocía muy bien el lugar como para poder deslizarse por él sin necesidad de ninguna luz. Tomándose su tiempo, fue subiendo hacia el ático. Se detenía a cada rato, agudizando el oído por si acaso, ya que quería evitar toda posibilidad de ser descubierto por Freak, por la obvia razón de que no saldría con vida de ahí si ésta lo encontraba husmeando en su guarida. Llegando sin contratiempos al final de la desvencijada escalera, pudo moverse con más soltura y mayor tranquilidad. Arriba reinaba un silencio sepulcral y una oscuridad tenebrosa. Avanzó hasta la última puerta, de la que había escapado. Se detuvo ante ella y escuchó. Nada indicaba que hubiera alguien adentro, ninguna respiración, ni crujidos, ni nada. No le sorprendió. Daba por acertado que el cuarto no estaba ocupado en ese momento, que no había nadie allí. Lo que Mho empezaba a preguntarse era si una vez recuperado el libro, podría marcharse por su propia voluntad, vivo y a salvo.
  Abrió lentamente la puerta, convencido de que no se cruzaría con nadie. Tan seguro estaba que le tomó unos minutos percatarse de su error. Cuando lo hizo, estaba ya a unos pocos pasos del polvoriento sofá, el cual estaba siendo ocupado.
  Quiso retroceder, pero sus fuerzas los abandonaron. A través de la claraboya, entraba una suave claridad de parte de la luna. Con sus ojos acostumbrados a la oscuridad como estaba, le bastó con aquella poca luz para ver que el sofá había sido usado. Sobre el mismo había una gran frazada, y debajo de ella, algo que tenia la exacta forma de un cuerpo humano.
  Se armó de valor, se acercó y destapó el bulto. Un joven, según parecía de su misma edad, yacía muerto. Tenía las pupilas dilatas, la vista fija al techo, y la boca chorreando unas finas gotas de sangre. Horrorizado, cayó de espaldas al suelo en un golpe sumamente estrepitoso.
  No supo de dónde sacó el valor para hacerlo, pero, aunque la tensión del miedo le dominaba, se alzó de pies, fue hacia el librero, y estirando un brazo, tomó su libro, el cual estaba justo donde el imaginaba lo había dejado Freak. Cuando lo tuvo, lo estrechó fuertemente en sus brazos, mostrando que éste era su salvación. Los latidos del corazón parecían no caberle en su cuerpo. Ya solo se preocupó de abandonar la estancia antes de que ocurriera algo espeluznante.
  Caminó hacia atrás, de espaldas a la puerta, por si el cuerpo se reincorporaba súbitamente y se disponía a atacarlo. Ya afuera del cuarto, un poco más calmado, comenzó a cerrar la puerta, rogando que la misma no chirriara. En el último instante, cuando ya no distinguía al sofá ni a su ocupante, creyó percibir que algo se movió dentro de la habitación. No obstante, hizo como si no hubiera visto nada, ignorando lo que pasó.
  Mientras iba escaleras abajo, tuvo la inquietante sensación de que Freak lo observaba, con una siniestra sonrisa triunfal y oculta entre las tinieblas, como si él hubiese caído en una trampa al ingresar en su casa. Terminó descendiendo a tropezones como un ebrio, pero su problema no era el alcohol, era el miedo, mucho miedo. El libro estuvo a punto de caérsele de las manos, pero como si fuera por reflejo, dio un pequeño salto y lo apretó firmemente contra su pecho.
  Una vez en la sala principal, su única obsesión era salir de aquel lugar cuanto antes fuera posible. Un alivio inconmensurable lo invadió al ver que nadie había atrancado la ventana. Tenía la salida libre. Saltó a la calle como si su vida dependiera de ello, lo cual así era.
  Creía estar completamente a salvo, hasta que una risa demoniaca vino del otro lado de la ventana. Un escalofrío sacudió nuevamente cuerpo. Trato con todo su ser no darse vuelta, pero ella lo obligó. Y ahí estaba ella, asomada por la ventana, con su mirada penetrante, sus ojos rojizos, y su sonrisa diabólica. Toda la maldad que puedas imaginarte, reunida en tan solo el cuerpo de una maldita y adolescente chica.
  Ella lo sedujo con su angelical voz, tratando de llevarlo nuevamente a su refugio. Había planeado todo, lo dejó ir para luego capturarlo. Le gusta jugar con sus víctimas, le gustan los retos. Mho sabía que eso podría haber sucedido en cualquier momento mientras estuvo dentro de la casa, y se metió a ella aceptando su muerte, pero no esperaba que lo hiciera fuera de la misma. Él era consciente de lo que tenía que hacer, sin embargo estaba demasiado sedado por ese hermoso canto como para darse cuenta de que estaba dirigiéndose a su propia tumba. Todo parecía perdido, hasta que el libro se le resbaló y cayó al suelo. Esto lo despertó de su trance hipnótico, le hizo dar cuenta de lo que pasaba a su alrededor, y supo que tenía que elegir entre esa melodiosa voz o su vida. Escogió bien. Como si no la hubiera visto, tomó el libro con sus temblorosas manos, dio media vuelta y comenzó lentamente a caminar en dirección a su hogar.
  Freak lanzaba gritos de agonía y profundo dolor, estaba perdiendo una de sus fuentes de poder. No predijo que algo así podría le pasar, nunca nadie había escapado de sus maléficas garras. La arpía se metió adentro como si algo la jalara del otro lado, y ventana se cerró de golpe. Mho suspiró y siguió su camino. No miró ni una sola vez atrás, no debía hacerlo, nunca hay que hacerlo. Cuando ya estaba a varios metros de ese horroroso lugar, una aturdidora y desquiciada risa salió de algún sitio. La maldita seguía viva.